Tema:
Toda la Creación anhela la salvación y la llegada del Reino
de Dios
Realidad contemplada: Crear
conciencia de la situación triste de como andan las cosas en el
mundo: el abuso trágico de los derechos humanos; diferencias escandalosas
en la mala distribución de los bienes entre la gente y entre las
naciones; una ecología que ya no se da abasto debido a la avaricia
humana. Toda la Creación necesita y anhela la salvación
mediante un Salvador pero el Savador espera nuestra participación
activa.
Meta:
Crear conciencia de que los problemas que encontramos hoy en día
son problemas universales y son muy serios, pero que es importante no perder
la esperanza.
Lecturas bíblicas:
Rm.8:18-23; Lc.1:67-79
Aleluia: Aleluia. Oh Emanuel, nuestro Rey y Legislador ¡ven a
salvarnos, Señor dios nuestro! Aleluia. (vea el 21 de diciembre)
Símbolos en este contexto: La Virgen como Madre Tierra, Madre Nacional. Las estrellas, la luna, el sol. Las profecías y cálculos astronómicos aztecas y la creencias española sobre la llegada del milenio.
Tema desarrollado:
La humanidad y la creación entera anhelan ser liberadas y salvada
de las penurias de la historia. Hasta que llegue esa liberación
todos gemimos como una mujer en dolores de parto esperando la llegada de
su hijo. (Rm.8:18-23)
Antes de Cristo, el pueblo de Israel también anhelaba la llegada
de un Salvador que llamaron el Mesías. Lo desearon porque las cosas
andaban muy mal y se dieron cuenta de que sin la intervención de
Dios, nada cambiaría. Políticamente ellos vivían bajo
el yugo de los romanos. Había mucha corrupción en todo el
pueblo y les faltaban auténticos líderes esprituales; 'eran
como ovejas sin pastor'(Mt.9:36; Mc.6:34). Como el sol que se apaga, Dios
ya no brillaba en sus vidas. Con el sol que se apaga, tambien deja de brillar
la luna; eso para ellos simbolizaba a Israel. Sus dirigentes eran como
estrellas que caían y dejaban de brillar: ya no eran un buen ejemplo
para el pueblo. No todo sin embargo estaba perdido. Había un grupo
pequeño y fiel llamado los anawím. Maria, José, Zacarías,
Isabel y Juan el Bautista eran de este grupo. Ellos esperaban y prepararon
la llegada del Mesías. Ellos eran como estrellas que aún
brillaban.
Cristo llega como Sol naciente, para brillar en las vidas de los hombres
de todos los tiempos. El inaugura su reino, dejando una marca permanente
sobre la historia humana. Inicia un proceso histórico en el cual
personalmente y colectivamente estamos todos llamados a participar. Pero
no hay que confundir la inauguración del reino con su plenitud.
Eso está al final de los tiempos. Mientras tanto la historia humana
avanza con sus aciertos y reveses, entre luces y sombras.
Quince siglos después en otro continente, el gran Imperio Azteca
estaba en el atardecer de su existencia. Como el Israel de antes estaba
en un estado de decadencia. Ellos sabían que estaban al final de
una época de su historia. Ellos también llegaron a ser un
pueblo conquistado y oprimido por los españoles. Los españoles
ya eran cristianos, pero en la práctica dejaban much que desear.
Pero, como antaño, había gente buena, gente entre los aztecas
quienes no se identificaban con la mentalidad bélica y conquistadora
de sus líderes. La idea de que Huitzilopochtli, el dios solar
guerrero requiría tantos sacrificios humanos para mantener en movimiento
al sol, estaba siendo seriamente cuestionado (León-Portilla-1961
/ 1987: 116-128; 173-186). Gracias a la influencia de los texcocanos y
de otras naciones nahuas vecinas con quienes los aztecas compartieron un
patrimonio común con los toltecas, los aztecas estaban redescubriendo
un dios más trascendente y pacífico: Ometeotl. Este dios
no exigía sacrificios humanos; se comunicaba con los seres humanos
mediante 'Flor y Canto'. En este grupo estaría Juan Diego,
quien sería el instrumento de Dios para encaminar a su pueblo hacia
rumbos mas radicales. Como una estrella especial en el cielo, señalaría
el camino a su pueblo el camino abierto hacia al cristianismo.
Una nueva era estaba por amanecer sobre México que, como
la luna oscurecida bajo los pies de la Virgen de Guadalupe, esperaba la
luz de la salvación. Como dece una de las interpretaiones, 'México'
significa el 'ombligo de la luna', que es donde la Virgen está parada(Maussan,
1991). El reino de Cristo estaba por hacer sentir su presencia en este
continente. Al pricipio del año 1531 se vió el cometa Halley
pasar por el cielo. Luego en marzo, en México, hubo un eclipse solar
total que duró mas de cuatro minutos; los mexicas vieron en esto
una señal de su estado de confusión espiritual. (Maussan-1991).
Finalmente, el 12 de diciembre, Venus se alineó con el sol y con
nuestro planeta. Este era también tradicionalmente el día
de festejo de Tonantzin, la diosa madre. También se considereraba
como el día del solsticio invernal.
Este fenómeno astronómico sucedía en esta fecha
sólo cada cada cientocuatro años. Para los aztecas,
esta era la señal de que una
época había terminado y de que una nueva época
había llegado. Para
ellos significaba que Quetzalcóatl, la manifestación
visible de
Ometeotl, simbolizada en la Serpiente Emplumada, había vuelto.
Este es un símbolo rico, que expresa a una figura que media entre
lo divino, simbolizado por las plumas, y lo terrenal, simbolizado por la
serpiente (Fernandez-1992/1995: 66-69). Su llegada se vió como el
Sol que disipa la obscuridad (Maussan, 1991). Como a los reyes magos de
antaño, guiados por una estrella, fueron señales celestiales
que guiaron a los aztecas hasta el reino de Cristo. Las estrellas sobre
el manto de la Virgen sería otra señal de la llegada de una
era nueva (Elizondo-1989: 127).
Muchos españoles por su parte, creían que, al llegar
a este continente, había llegado el milenio apocalíptico.
La cuestión es que, tanto para los aztecas como para los españoles,
una época nueva había llegado y para ambos esto tenía
un sabor de mística escatalógica. En los seis años
que siguieron, nueve milliones de aztecas abrazarían la fe cristiana.
(Madsen-1967: 377; Elizondo, 1980; Rodriguez-1994: 45)
¿Y hoy? ¿Cómo andan las cosas en nuestras vidas
personales? ¿en nuestro barrio? ¿en el país y en el
mundo? ¡No muy alentadoras que digamos! Las estadísticas nos
muestran que el abismo entre los ricos y los pobres se abre cada vez mas.
Mientras pasan los años, los ricos se vuelven más ricos,
menos en número y más poderosos. Los pobres en cambio aumentan
el número y se vuelven más pobres y más carentes de
poder. Hoy la miseria de milliones es tan lamentable, que la gente toma
acciones desesperadas para salvarse, aún a riesgo de perder la vida.
El costo del militarismo al servicio de los ricos es astronómico
mientras que recursos necesarios para la salud, la educación, la
alimentación y la vivienda están fuera del alcance de milliones.
Las grandes empresas agrícolas tragan cada vez más terreno
para producir comida para los paises industralizados mientras los 'de casa'
pasan hambre por falta del dinero necesario para comprar alimentos, aún
cuando hay una abundancia a mano. Milliones de personas se ven forzadas
a imigrar del campo a las grandes ciudades, en su país o a otros
paises, las villas miserias en las ciudades crecen más y más
y con ello la decadencia humana, fruto de la injusta situación.
Los niños y mujeres son las primeras víctimas de la miseria
y de los conflictos bélicos de hoy. Mientras hoy muchas personas
mueren en conflictos bélicos en el mundo, sobre todo niños
y mujeres, sin embargo, mueren de hambre diez veces más personas
que en la guerras. Junto a una humanidad que está gimiendo en el
dolor, está nuestro planeta que ya no se da abasto, porque la avaricia
humana está afectando seriamente al aire, el agua, la tierra productiva,
la fauna y la flora. Si seguimos a este paso, todos seremos perdedores,
porque nuestro planeta se habrá vuelto inhabitable.
A nivel nacional, muchos hispanos, aunque mejor que muchos de sus hermanos
en otros lugares del mundo, experimentan la pobreza, la discriminación
y la opresión. También las experimentan los afro-americanos,
los indígenas y otras personas de la sociedad. Mucha gente se encuentran
sin casa y sin trabajo. En toda América, los primeros habitantes
de estas tierras aún hoy padecen de la discriminación racial
de parte de los descendientes de los inmigrantes europeos, incluyendo de
los mestizos, que llevan sangre indígena en sus venas.
Parecía imposible que la situación pudiese cambiar y
nos podríamos tener la tentación de caer en la desesperación,
pero como cristianos no podemos perder la esperanza, porque a pesar de
todo, creemos en la victoria de Cristo, aún cuando todo parece
lo contrario. Hay señales de cambio emergiendo en todas partes.
Hay personas ejemplares que van teniendo un impacto en diversas comunidades
humanas. Los grupos intermediarios organizados están creciendo en
poder, confrontando los abusos del poder político y económico
impuesto desde arriba. Entre ellos están las organizaciones que
luchan por los derechos humanos. Por lo pronto, la Iglesia, tiene un rol
importantísimo que jugar en estos tiempos dramáticos de la
historia humana y planetaria. Sí, hay estrellas brillando en el
cielo, como los anawín que prepararon el camino para la llegada
de Cristo.
Debemos convencernos de que el cambio es posible, si trabajamos juntos
para cambiar la situación que está a nuestro alcance, confiando
de que Dios y la Virgencita están a nuestro lado para ayudarnos.
La oración es necesaria, pero no basta. Debemos actuar. Como
Moisés ante el faraón, como Israel ante Egipto, como David
ante Goliat, como Jesús ante los poderes opresores de su tiempo,
sean políticos o religiosos, como Juan Diego ante los españoles,
como Gandhi ante el Imperio Británico, como los filipinos que detuvieron
los tanques del dictador Marcos con rosarios en las manos, lo que parece
imposible, para Dios es posible. Podemos producir cambio con la ayuda del
Espíritu Santo. Por de pronto, la esperanza más clara es
Cristo, que transforma la tragedia de la cruz en vehículo de salvación.
Si queremos, un nuevo comienzo podría llegar pronto.
Imaginemos que somos austronautas en el espacio contemplando
nuestro hermoso planeta celeste, rodeados del sol, la luna y las estrellas.
Ahora pensemos en La Virgen de Guadalupe y veamos las semejanzas. El amor
que tenemos hacia nuestro planeta, que es el hogar de la familia humana,
está íntimamente ligado a ella. Ella es la madre universal.
Si lastimamos al planeta, la lastimamos a ella. Si servimos a sus hijos,
la honramos a ella, porque ella y el planeta se ven como si fueran uno.
Aquí se puede dar ejemplos o pedir a la gente que dé
ejemplos de como pueden empezar a sembrar el cambio.
Preguntas: ¿Participamos en la salvación que viene de Dios? ¿Respetamos la creación que participa en nuestra espera de salvación? Cuáles son los elementos de esperanza en medio de nuestra comunidad? ¿Nos comprometemos a participar en preparar el camino para la llegada mas plena del Reino en medio de nosotros?
Oraciones de los Fieles para el Primer día de la Novena
Presentemos ahora nuestras peticionses al Señor respondiendo: Señor escucha nuestra oración.
1. Para que en medio de las tribulaciones que padecemos en nuestra vida
cotidiana, no perdamos la esperanza de la llegada más plena del
Reino de Dios, en el cual, viviremos juntos para siempre, con María,
en el Amor de Dios. Oremos al Señor.
2. Para que, a ejemplo de Jaun Diego, y por intercesion de la Virgen,
el Espritu Santo sucite entre nosotros más profetas, que con sus
vidas ejemplares y sus palabras alentadoras, sean como estrellas en el
cielo indicándonos el camino hacia la plenitud del Reino.
Oremos al Señor.
3. Para que los que expoltan y oprimen a nuestros hermanos más
vulnerables, se arrepientan y adopten el espiritu del Reino. Oremos
al Señor.
4. Para que que la Virgen de Guadalupe nos ayuda a ser fuertes en no
dejarnos tragar por el espíritu de la sociedad de consumo, y que
todo el mundo aprende a tener más respeto por la naturaleza que
nos rodea. Oremos al Señor.
5.Para que todos las personas aprenden a compartir las riquezas de
la tierra y para que termine la avaricia, que lleva a que unos pocos
acaparen para sí la mayor parte de las riquezas terrenales mientras
dejan a milliones en la miseria. Oremos al Señor.
Oremos:
Dios providente y lleno de amor. Mientras esperamos tu venida gloriosa,
dános corazones llenos del poder de tu Espíritu, para que
llenos de valentía y de amor podamos preparar eficazmente el camino
para tu llegada. Que tu madre peregrine con nosotros en el camino de la
vida, mientras avanzamos hacia el nacimiento de la plenitud de tu reino.
Esto te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amen.