NOVENA MISIONAL GUADALUPANA EN EL CONTEXTO DEL ADVIENTO

Por Christopher Gibson, CP - 1996

Orientacienes de la Liturgia de la Palabra

 Segundo Día

Tema: El Reino de Cristo ha llegado pero todavía no en plenitud.
Realidad contemplada: Todos necesitamos convertirnos a Cristo. No basta ser bautizado como cristiano; debemos ser cristianos de verdad y la conversión es una tarea de toda la vida. Debemos ser realistas: perfeccionarse lleva su tiempo, pero caminamos hacia la plenitud de la vida al final de nuestro peregrinaje terrenal.
Meta: Convencernos de que el reino de Cristo ya está aquí pero que necesitamos convertirnos para entrar en él y eso es tarea de toda la vida.

Lecturas bíblicas:

Is.9:2-3b.4-7 ó Is.60:1-4.14.19-20 ó Rom.13:11-14; Mt.24:29-30

Aleluia: Aleluia. Oh Sol que nace de lo alto, resplandor de Luz etrena; Sol de Justicia ¡ven ahorea a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte! Aleluia.  (del 24 de dic. del adviento)
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Lectura adaptada del Nican Mopohua (2:4-16.23):

Un sábado de diciembre de 1531, mientras aún era de noche, Juan Diego se dirigía a Tlatelolco, al pasar junto al cerrito del Tepeyac, mientras amanecía, escuchó algo como el canto de unos pájaros preciosos que venía de la cumbre del cerrito hacia el oriente. Se detuvo, pensando qué sería aquello que oía y si estaría soñando o se encontraba ya en el paraíso.
De pronto todo quedó en silencio y oyó que lo llamaban desde arriba del cerro y que le decían: "Juanito, Juan Dieguito." El, sin miedo, empezó a subir muy contento. Al llegar a la cumbre, vió a una señora, que estaba allí de pie. Ella le dijo que se acercara. Llegado a su presencia, se maravilló mucho de su grandeza sobrehumana: su vestidura parecía el sol, emitiendo rayos.
Ella luego le habló y le dijo: "Sabe y ten entendio, tú el más desamparado de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del Dios verdadero por quien se vive; del Creador de las personas; Señor del cielo y de la tierra."
Símbolos en este contexto: El amanecer y vestido rosado de la Virgen, indicando la vida nueva que viene del este. La aparición de la Virgen como imagen del reino de Cristo que llega.
Tema desarrollado: Guadalupe es el anuncio de la llegada del Reino de Cristo en quien comienza una nueva Creación. Sin embargo la plenitud llega al final de los tiempos.
"Un pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz". Esta frase de Isaías resuena para los pueblos de todos los tiempos. Como hemos visto ayer, el pueblo de Israel y toda la gente de esa época experimentó el fruto de su pecado en medio de ellos, vivían en 'la noche' del pecado. Cristo llega como la Luz del mundo, como el 'sol naciente' para salvarlos. Hasta el imperio romano con toda su poderío opresor queda convertido a Cristo. Como dice Isaías, la vara del opresor quedó rota (Isa.9:4) y han venido a la luz de Dios (Isa.60:2). Hasta la fecha del 25 de diciembre, que para los romanos era la fiesta en honor del dios Sol quedó reemplazada por Cristo, el 'sol radiante' que reina en todo el mundo. El amanecer, que es cuando sale el sol y cuando comienza un dia nuevo, indica la llegada de una época nueva, una nueva creación, un comenzar todo de nuevo.
Como mencionamos ayer, para los nahuas, el año 1531 pone fin al sol azteca, Huitzilopochtli (Lafaye-1976: 61). Los nahuas asociaban el fin de una era con signos catastróficos. Aquí la catástrofe fue la experiencia de la conquista española.
Pero con una era que termina, una nueva aparece. Los nahuas estaban en el proceso de redescubrir a Ometeotl como su dios supremo, simbolizado por el sol y vinculado a la vida humana através de Quetzalcóatl. Los nahuas heredaron este mito de la era dorada de los toltecas. Ese amanecer particular en diciembre 1531 podría ser interpretado como el retorno de Quetzalcóatl a quien varias naciones nahuas estaba esperando. Esto indicaba el comienzo de una creación nueva, modelada sobre el mito de la creación del Quinto Sol. Las expresiones como "mientras aún era de noche" y "De pronto todo quedó en silencio" en el NM, también se encuentran en las historias míticas del México antiguo en el mito de la creación del Quinto Sol (Siller Acuña-1984/1989: 63; León Potrilla-1961/1989: 15-19). El suceso de Guadalupe, por lo tanto, sería visto como de igual importancia que la creación del mundo y del cosmos (Siller Acuña-1981: 37; cf. Rodriguez-1994: 38). Sin embargo, la radical nueva revelación, es que este nuevo sol simboliza a Cristo quien reemplazará a Quetzalcóatl.
Todo esto acontece en el cerro del Tepeyac, sobre el cual Tonantzín, madre de Quetzalcóatl, era venerada. En ese cerro donde quedaron en ruinas el templo de Tonantzin, aparece la Virgen María, madre de Cristo, presentándose a Juan Diego como madre del verdadero Dios. Para los nahuas, la ropa de personas importantes, llevaba objetos importantes, signos y símbolos que indicaban a la gente, quién era esa persona y que hacían. El NM dice que la ropa de María era como el sol emitiendo rayos, pero la palabra 'sol' en el NM está escrita en minúscula. Esto indicaría que ella no es Dios, pero que tiene mucho que ver con Dios y comparte la experiencia de Dios.(Siller Acuña-1984/1989: 65). Ella simboliza el ideal del Reino que trae Cristo que quiere contruir através de su Iglesia. Como madre que quiere a todos sus hijos, invita a indígenas y españoles a reconciliarse y a formar juntos un pueblo nuevo. No hay lugar en este pueblo nuevo para la corrupción, la violencia de la armas, la opresión, los odios. Eso es del pasado. Eso era vivir en la noche. Ahora hay que caminar en la luz del día y seguir el ejemplo de nuestra madre que está al servicio de su hijo Jesús y de su reino. Es un día nuevo, una época nueva.
Hoy también nosotros caminamos en la oscuridad. Las tinieblas cubren nuestros hogares, nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestra nación y el mundo entero. Que nadie se sienta excluido. Ninguna parte del mundo escapa de la 'oscuridad de la noche'. Pero todos estamos llamados a la conversión. Todos estamos invitados a acercarnos al amanecer de un día nuevo simbolizado en el color rosado del vestido de la Virgen.  Todos estamos invitados a renunciar al pecado y a dejarnos vestir con el manto del reino de Dios. Cuesta sangre, sudor y lágrimas cambiar y esa sangre roja está para hacernos recordar de que no se entra en el reino sin morir a la vida del pecado y eso cuesta sangre. Es como un verdadero 'dolor de dar a luz'.
Aquí es bueno invitar a la gente a identificar los pecados que existe en la comunidad o a mencionarlos, según el ambiente que haya. Luego se hace ver que uno no se cambia totalmente de un día para el otro. Lo importante es que hemos cambiado radicalmente de corazón y que hemos entrado para siempre en el proceso de ir cambiando toda nuestra vida. Es tarea de toda la vida personal, y de toda la historia humana. El gran amanecer, el gran nacimiento llegará al fin de los tiempos. Mientras tanto estamos en de los 'dolores de parto'.

Preguntas: ¿Estamos abiertos a renacer en Dios en una sincera conversión para que el Señor nazca en nosotros? ¿Estamos participando en la construcción de su Reino, preparando su retorno?

Oraciones de los Fieles para el Segundo día de la Novena

Presentemos ahora nuestras peticionses al Señor respondiendo: Señor escucha nuestra oración.

1. Por la Iglesia, para que no oscurezca la luz de Cristo sino que sea su luz promoviendo constantemente el crecimiento del Reino de Cristo en el mundo a ejemplo de la Virgen. Oremos al Señor.
2. Por todos los cristianos del mundo, para que la Virgen, como imagen del reino, haga brillar su amor en medio de nosotros.  Oremos al Señor.
3. Por nuestro propio crecimiento espiritual, para que estemos abiertos a renacer en Cristo através de una sincera conversión.  Oremos al Señor.
4. Por todas las naciones, sobre todo por sus dirigentes, para que llegan a reconocer la superioridad del reinado de Cristo y para que dejen que los valores del reino transformen sus reinados terrenales. Oremos al Señor.
5. Por nuestro barrio, para que La Virgen nos ayude a vivir unidos y en armonía sabiendo respetar y reconocer la riqueza de la diversidad. Oremos al Señor.

Oremos:
Dios nuestro, Luz eterna, envíanos tu Esprítu para que nos purifique del pecado que ocurece la Luz de Cristo en nosotros, y para que haga crecer en nosotros los valores del Reino, llegando así a reflejar la Luz de Cristo a ejemplo de la Virgen María. Esto te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.



 

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