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Nicéfero nació en 1893 y Juan Pedro Bengoa en 1890. Ambos nacieron en España. Llamados por Dios y respondiendo generosamente a El, abrazaron la vida religiosa en la congregación pasionista. Se ofrecieron a ir como misioneros al continente americano. Estudiaron en Toluca, México, pero a causa de la persecución a la Iglesia, fueron encarcelados y luego exiliados a EEUU durante la presidencia de Plutarco Calles. Terminaron sus estudios en Chicago y fueron ordenados en el catedral por el arzobispo Mundalein en 1916. Predicaron muchas misiones populares para la comunidad latina en EEUU, en México y en Cuba.
Juan Pedro tuvo que regresar a España en 1926 y Necéfero en 1932 para asumir responsabilides de liderazgo dentro de la congregación pasionista de ese país. Durante la guerra civil de España en 1936 ambos murieron heróicamente como mártires en Daimiel, juntamente con otros veinticuatro pasionistas, en defensa de su fe católica, a manos de un grupo anarquista anticlerical. Nicéfero supo preparar a sus companeros y a los estudiantes pasionistas para el martirio exortándoles:
"Este es nuestro Getsemaní. Perturbado ante la terrible perspectiva del Calvario, como el mismo Jesucristo, también nuestra naturaleza, en su parte débil, en su parte flaca, desfallece, se acobarda... Pero Jesús está con nosotros. Yo les voy a dar al que es fortaleza de los débiles... A Jesús le confortó un ángel, a nosotros es el mismo Jesús el que nos sotiene... "Dentro de pocos momentos, estaremos con Cristo...Moradores del Calvario, ¡ánimo!, ¡a morir por Cristo! A mi me toca animarlos y yo mismo me estimulo con su ejemplo". Después les alsolvió de sus pecados y les dió la comunión.
En la hora de morir, Nicéfero con un balazo en el cuerpo sonrió a uno de sus perseguidores ofreciéndole su perdón, pero éste enfadado, acabó con su vida con otro balazo. Unos días despues murió tambien Juan Pedro con las palabras "¡Viva Cristo Rey!" en sus labios.
Estos sacerdotes jóvenes fueron beatificados por el papa
Juan
Pablo II. Como Cristo en el huerto de los olivos, ellos nos animan a
ser
valientes al saber tomar decisiones graves y desafiantes en momentos
difíciles
de nuestras vidas o/y de nuestro período de la historia.
