Un hermano pasionista comparte su experiencia vocacional
¡¡¡ Hola amigos!!!
Mi nombre es Ernaldo Reátegui Aspajo,
de nacionalidad
peruana, nací en un pueblito profundamente religiosa y devoto de
la Virgen de
la Natividad.
Somos en total 7 hermanos, 5 varones y 2
mujeres, ocupo el quinto lugar. Crecí en un ambiente donde a los
hijos se les
da una cierta libertad, eso ha facilitado que optara por la vida
totalmente
diferente a la de mis padres.
Antes de terminar mi secundaria, tuve algunas
nociones sobre la vida sacerdotal diocesana, mas no de la vida
religiosa
masculina.
A los 18 años tuve una crisis
vocacional,
sobre todo al sentirme rodeado de cuestionamientos en lo que respecta a
mi
futuro, algunas de esas tantas preguntas que me hacía, que es
propio de esa etapa fueron: ¿De
dónde vengo? ¿A
dónde voy? ¿Qué será mi destino? Para dar
respuesta a estas interrogantes
necesité la ayuda de alguien, recurrí a mis padres,
amigos pero no me sentí
satisfecho con sus argumentos; ahí es donde acudí a las
hermanas Mercedarias de
la Caridad, gracias a ellas salí de estos problemas y al mismo
tiempo me dieron
a conocer nuevos horizontes, sobre todo en lo que respecta a la llamada
de Dios
que hace a cada uno de sus hijos para un fin determinado; desde aquel
día empecé mirar al mundo
con otras perspectivas
y me di cuenta la gran necesidad de religiosos que hace falta a nuestra
sociedad, hay pueblos donde aún no he llegado el mensaje de la
Buena Nueva, hay
pueblos que celebran la eucaristía una vez al año., ante
esta realidad opté por
la vida religiosa para servir desde mi condición de religioso a
los pueblos que
tiene hambre y sed del Dios viviente.
El
año 1993 ingresé a la Congregación, fue un
año muy importante, en la que
aprendí a valorar a las personas, sobre todo a los que no cuenta
la sociedad,
en una palabra a los crucificados de hoy, conocí el estilo de
vida religiosa,
es decir la vida en común.
En 1994, al pasar a otra etapa dentro de la
vida religiosa murió mi mamá, fue un tiempo de crisis,
gracias a la acción de
Dios en estos momentos críticos puse afrontar esta
situación por medio de
tantas personas que me animaron a seguir adelante.
A nivel que
profundizaba el carisma pasionista, iba conociendo
detalladamente la
vida religiosa, concretamente la vida de los hermanos y de los
sacerdotes, de
estos dos estilos de vida he optado por ser hermano porque la sociedad
también
necesita de hermanos consagrados para
la causa del Reino de Dios en este mundo, y al mismo tiempo
porque me
siento identificado y realizado ,que es lo básico de toda
persona para ser
feliz.
ASÍ PUES QUERIDOS AMIGOS Y
HERMANOS,¡¡¡...
DESCUBRIR LA VOLUNTAD DE DIOS ES LA MEJOR MANERA DE ACERTAR EN LA VIDA
Y SER
FELIZ...!!!
Hno. Ernaldo Reátegui Aspajo
cp.